Hasta cierto punto mejor, por que andar por Perú es estar todo el día comiendo, todas las calles están repletas de puestos con cosas deliciosas y uno no tiene voluntad para no probar. Eso si los dulces en su mayoría son como arrope. Pero el que está en su punto está muy bueno.
Y como no, la comida de Lima no tiene nada que ver con el resto. Me quedo con los puestos y restaurantes del resto de Perú.
En cuanto si no lo había dicho, vista una ciudad o un pueblo, vistos todos. Todo en Perú se concentra en ver mercados, mercados y más mercados, todas las calles están llenas de comercios, bares, o similares, todo el mundo te vende algo. Para mi me ha defraudado bastante, estoy saturado no de cultura sino del agobio de los vendedores y los taxistas, la gente no te deja respirar, a cada paso alguién te aborda para venderte algo.
Por cierto en la foto en la que estoy con un policía es en
Puno, un control rutinario en busca de drogas. Reconozco que si yo hubiera sido el policía también lo hubiera hecho.
Y para acabar algunas fotos de Lima.